Que es una Constelación Familiar?

Hay una diferencia fundamental entre la psicoterapia como se realizaba hasta ahora y el proceso llamado Constelacion Familiar. Reside esa diferencia en que en las constelaciones podemos ingresar a un mundo que esta mas alla del lenguaje verbal y que a la vez es espacial y atemporal. Es decir, muestra en una imagen lo que el lenjuage no alcanza a expresar. Es un proceso donde el cuerpo a traves de las sensaciones, las emociones, lo visual y el movimiento, entra en contacto con ese mundo que esta mas alla de las palabras... esto es constelar para mi.

Como Psicologo, Terapeuta y Constelador, trabajo con la idea de que la Psiquis no es el estudio de la mente, sino como decian los Griegos y C.G Jung: es el estudio del Alma. Entonces cuando conoci las constelaciones familiares y las ideas de Bert Hellinger acerca de los Movimientos del Alma, me resulto facil adherirme a su pensamiento.

Las Constelaciones Familiares son un Método Terapéutico de trabajo desarrollado por Bert Hellinger. Busca comprender el dolor, la enfermedad y el conflicto desde una mirada sistemica. Y al igual que todo lo que nace que va mas allá, este método también va mas allá de la psicoterapia sistemica. A mi me gusta decir que las Constelaciones trabajan con nuestro ADN psicológico o del alma. ¿por que la comparación con el ADN? porque las constelaciones familiares trabajan a partir de una informacion a la que se accede con el mismo metodo, es decir, con este metodo se peude saber o tener conocimiento de situaciones que estan en el inconciente, llega donde el lenguaje se detiene. Esa información Inconsciente se hace consciente a partir de una imagen que arma el cliente o paciente con representantes, y entonces estos representantes tienen sensaciones, imágenes y movimientos. El constelador observa esto y así tiene acceso a esa información.
Hellinger define a su método como Fenomenológico, es decir, no se basa en un modelo teórico, sino que sigue los fenómenos que surgen durante una constelación.

Los representantes nos  permiten ver como son las dinámicas y las implicaciones familiares y cómo estas dinámicas y estas implicaciones contribuyen a mantener y sostener los problemas. Y en el mismo proceso nos facilita  mover estas imágenes familiares interiores y re-ordenarlas por así decirlo; darles un orden a través de ciertos cambios en la posición de las personas o de ciertos rituales y frases concentradas, de manera que la persona interioriza movimientos de solución o movimientos hacia la vida.

En este método se tiene en cuenta no solo la familia de origen de la persona, sino también sus antepasados. Entendiendo que mucho de lo que vivimos esta en relación con muchos antepasados. El alma familiar es algo que trasciende al individuo y que es una fuerza que une y dirige las vivencias, los guiones y los destinos de las personas que pertenecen a este sistema familiar y lo hace conforme a ciertas leyes, es decir a ciertos órdenes del amor que tienen que ser respetados para que el amor se logre.

La pertenencia al grupo familiar tiene la fuerza del fuego. Hay situaciones que las personas pretenden pasar por alto de una forma superficial y de una forma operativa, como por ejemplo un aborto o una separación, como si fuera un trámite, pero el alma se resiente y el mundo afectivo se resiente. Entonces en psicoterapia, desde hace muchos años, vemos por ejemplo en el tema del aborto que las mujeres que han abortado, y también los hombres, están heridos y sufren por esto y necesitan sanar su herida y asumir su culpa, cuando se sienten culpables, y poderle dar un buen lugar a este niño que no tuvo la oportunidad de nacer, entonces se liberan de nuevo, pero hacerlo como un mero trámite no funciona. A veces de una manera inconsciente se castigan. Y también hay gente que cree que puede dirigir su vida y creer que uno es el dirigente de su propia vida es cuestionable; hay fuerzas muy grandes, familiares, sociales y a veces es mucho mejor entregarse a estas propias fuerzas en lugar de resistirse. De manera que tanto podríamos decir que dirigimos nuestra vida como que somos dirigidos. Y, aunque parezca paradójico, ambas cosas están bien y tienen su lugar. Decía un gestaltista francés consciente de los excesos del yo de las últimas décadas que era tiempo de pasar de nuevo de “una egología a una ecología”

La vida es una corriente sin fin, y cada hombre está inmerso en la corriente a la que pertenece. No puede ser desprendido de sus antepasados, ni de los que lo hicieron nacer, ni de aquellos que seguirán su descendencia. Estar anclado en esa línea de pertenencia no es como estar inscripto de una manera simbólica en un árbol genealógico. Es sentir en el cuerpo la presencia de los padres, de los abuelos y sentir que el propio cuerpo vive en el de los hijos. Lo que una generación deja sin resolver, es la siguiente la que lo hará y vivirá por así decirlo el destino de otro, salvo que haga un proceso de des identificación y desprendimiento de lo que no le pertenece.Esto posibilita una Constelación.